HUERTOS COMUNITARIOS
Considerando que la identidad de una ciudad no se deja planear desde afuera (y desde arriba) y que no está caracterizada sólo por su arquitectura, la práctica del cultivo urbano en Barcelona se ha convertido en una parte de la lucha de movimientos
social-políticos. Se ocupan espacios libres para denunciar las prácticas especulativas, creando a la vez lugares comunitarios y autogestionados.
Esta concreta interacción entre personas y el espacio sigue la tradición de esta ciudad e ilustra las posibilidades de acción y reestructuración que favorecen los espacios inciertos dentro del entorno urbano cada vez más controlado. Se ponen en marcha proyectos comunitarios de huertos urbanos o zonas agrícolas para recuperar el saber sobre el orígen de la comida, contra la transgenética y volviendo la cotidianidad consumista en productora.
Se trata de aprender y compartir tanto espacios, como conocimientos y cosechas; con amig@s, vecin@s del barrio y gente interesada de todos los sitios, géneros y edades, ya que no se trata de un tema reservado para un sólo grupo de gente. Con un enfoque territorial de la alimentación, se crea una interzona de lo ecológico y lo social. En muchos casos se trata todavía de un experimento, poniendo en primer contacto las problematicas rurales y urbanas.
Debajo del asfalto no se encuentra ni terreno fácil para cultivar, ni tierra ecológica. Pero se da mucha importancia a esta manera de plantar para llegar al placer de comer una mejor calidad de la que un@ puede comprar. Con esto l@s usuari@s engloban una de las necesidades más básicas, aprovechando sus valores en torno a la sostenibilidad y a la autonomía para crear lugares culturales de otra manera de vivir.
(Foto Mai 2009)